PROXIMAMENTE  (AÑO 2022)

 

 

 

 

CULTURA, SUBJETIVIDAD Y NEGOCIOS

Las bases contextuales y socioculturales en la determinación ontológica y de la conducta económica 

 

 

Frente a las numerosas naturalizaciones de fenómenos que atentan contra la dignidad y el bienestar de significativos segmentos poblacionales como a sus profusas celebraciones en escenarios hegemónicos y de poder globalocal, “darnos cuenta” constituye una de las tareas centrales y uno de los desafíos inevitables en el mundo de la política, la cultura y claro, en el ámbito de la configuración ontológica y de la subjetividad.  

 

En medio de sofisticadas y sutiles formas de ejercicio del poder, esta vez no solo apelando a la convencional opresión sino en especial a un sinnúmero de estrategias seductoras, finas y poco perceptibles, se movilizan eficientemente perspectivas psicopolíticas, noopolíticas y ethopolíticas por medio de las cuales se concreta muchas veces una suerte de sometimiento inconsciente, de adhesión voluntaria o de deliberada sumisión. ¿Qué pasaría si nosotros, tan cuerdos, fuésemos, sin saberlo, hormigas colonizadas desde adentro? Se pregunta C. Zardetto, frente a lo cual seguimos pensando en la necesidad construir formas para acercarnos a la comprensión cabal de la compleja realidad, concretar reflexiones a contrapelo orientadas a develar el trasfondo de los fenómenos acuciantes y claro, a diseñar acciones que permitan interrumpir este tipo de gobierno también a distancia y en campo abierto.

 

Este es el espíritu de los análisis y reflexiones que hacen parte de esta investigación, la cual tiene como propósito confrontar algunas naturalizaciones movilizadas no solo desde estructuras gubernamentales y privadas sino también edificadas y legitimadas en ciertos contextos universitarios defensores de la sociedad del rendimiento y de los procesos de configuración de la subjetividad neo(neuro)liberal epocal.  Develar o quitar el velo que esconden proyectos orientados a configurar el alma, el cerebro y el corazón y a hacer de la sique una fuerza productiva, también es parte de este reto ciudadano y crítico, pues, justamente como lo advirtiera Eva Illouz, “la tarea del crítico aquí es recuperar un significado perdido: poner en primer plano una práctica que pertenecía a un periodo diferente y reconstruir su significado en un contexto que se ha vuelto impermeable a él” (Illouz, 2019: 275).

 

Sin la pretensión de sumar adeptos a estas posturas como tampoco de proporcionar respuestas eficientes, pero sí con el ánimo de dejar preguntas capitales para ampliar la conversación como la inteligibilidad sobre la triada cultura, subjetividad y negocios, se insiste en algunos planteamientos generales que podrían ser pertinentes en desarrollo de la tarea de “darnos cuenta”, asunto no muy usual en estos tiempos y en muchos espacios donde al parecer, ni los hechos ni las evidencias importan.  Empero, no es posible que se continúe con el uso y el abuso lingüístico y práctico y con la movilización estratégica mediante la eufemización adjetivada de asuntos, temas y fenómenos que hoy llegan a ser celebrados consiente e inconscientemente por unos y otros, independientemente de su lugar en el mundo como de su agentividad socio/económica y político/cultural. Se requiere también, de otro tipo de lecturas ya sea de oposición, negociación y/o de desprendimiento, todas posibles mediante una mayor profundización como del ensanchamiento de los referentes y horizontes analíticos desde donde se da cuenta de la relación cultura, subjetividad y negocios.    

 

Desde nuestra óptica, dicha triada puede enfrentarse asumiendo la cultura en sus diversos usos y significados, en especial desde su comodificaciòn o de su activación económica, proceso generador de transformaciones socio/antropológicas y de una particular apuesta ontológica o de definición de la subjetividad contemporánea inscrita en la lógica del empresario de sí mismo o de la autoexplotación como jugada maestra de nuestros tiempos. Por consiguiente, esta aventura analítica distante de ciertas convenciones como de algunas certezas epistemológicas y del abultado “sistema de creencias”, busca contribuir a pensar la triada cultura, subjetividad y negocios desde una perspectiva transdisciplinaria y en contextos altamente complejos.  De ahí que a partir de estas consideraciones, el propósito que nos asiste, alude a analizar el rol de la cultura y del contexto como modeladores de la conducta económica y de la constitución ontológica en tiempos de la sociedad del rendimiento, del empresario de sí mismo y de la autoexplotación, donde son cada vez más importantes variables psicológicas, socio/antropológicas y espirituales en la configuración económico/financiera y en el desenvolvimiento de los agentes económicos. 

 

Para materializar este propósito ha sido importante acudir a una perspectiva transdisciplinaria, apelando a elementos socio-antropológicos, económicos, psicológicos, financiero/emocionales, etc, propios del capitalismo cultural-cognitivo que asume la cultura como recurso económico. Con todo esto, estamos seguros de proporcionar elementos para la concreción de una agenda de investigación en torno a temas y problemas propios y relacionados con la cultura, la subjetividad y los negocios, pero ante todo, contribuir a la práctica de pensar abiertamente y de manera compleja el mundo económico, financiero y organizacional.

 

En el análisis a la relación cultura, subjetividad y negocios, lo que buscamos es presentar un panorama sobre estos asuntos que estratégicamente convergen en nuestro propósito de dar cuenta del proceso de comodificación de la cultura en todas sus expresiones, mostrando la forma como opera la producción técnica de mundos y formas de existencia, así como la definición de un perfil específico de subjetividad global asociada a la automercantilización y la autoexplotaciòn por la vía de la forma-empresa.  Importa también el esfuerzo por evidenciar la presencia de la cultura como fuerza configuradora y campo de producción simbólica, realidad que exige su análisis desde una especie de interfaz donde confluyen los repertorios del mercado, las bases socioantropològicas y la cultura emocional/afectiva.

 

En mi condición de candidato a intelectual desprofesionalizado, amigo de la justicia cognitiva y del conocimiento como patrimonio de los pueblos, no me asiste ningún interés en el mercado editorial, en los rituales académicos y en las desenfrenadas carreras por los rankings y los `grandes impactos`; con que este esta investigación y el libro que saldrá al público sirvan para aumentar los cafés, las conversaciones, los encuentros, los abrazos y sobre todo, permita ampliar el mundo de los afectos y concrete la subversión del espíritu de quienes se acerquen al mismo, este esfuerzo analítico habrá valido la pena. El resto es sólo parte del conjunto de intimidaciones oficiales, cientificistas y academicistas.  Tal vez, deberíamos apresurarnos para identificar lo que pasa y lo que nos pasa, siempre con la esperanza de salir contundentemente de ese encanto perverso. Como lo sugiriera Carol Zardetto, ya es hora de dar el primer paso, es decir, de “darse cuenta” y de “salirnos de la caja”.

 

 

 

 

 

 

 

El otro lado de la esperanza. Educación, diferencia e investigación